
Hoy he hecho con mi pareja algo muy divertido. Hemos establecido tareas precisas para hacer de nuestro día a día un acontecer apacible. De lo contrario nuestra casa y nuestro equilibrio emocional se habrían convertido en un campo de batalla a tiempo completo. Hemos definido horarios de computadora e internet, pasar rato juntos, compartir las tareas y especialmente ser coherentes y responsables con ellas. Puede parecer gracioso, para alguien pudiera incluso rayar en lo ridículo, pero nosotros, desesperados miembros de este matrimonio, esperamos que sea una medida eficiente que nos salve del colapso.